Del silencio a la esperanza: inicio del Adviento
El Adviento abre el año litúrgico y nos convoca a una preparación profunda que transforma la espera en encuentro. Desde el 1 hasta el 24 de diciembre, la Universidad Católica Americana (UNICA) invita a toda la comunidad universitaria —estudiantes, docentes, administrativos y familias— a vivir este tiempo con intención, oración y compromiso solidario. Queremos que cada gesto, por pequeño que sea, ilumine el paso hacia el nacimiento del Niño Jesús y fortalezca nuestra identidad como comunidad cristiana comprometida con la verdad y la dignidad humana.
Prácticas diarias para encender la esperanza
La corona y sus velas. Enciende la vela cada domingo; reúne a otros, comparte una intención breve y permite que la luz sea un gesto de esperanza y fraternidad. La Palabra diaria. Lee un pasaje corto cada día, escucha con el corazón y comparte esa luz con alguien que necesite esperanza. Gestos de reconciliación. Toma la iniciativa para acercarte, escuchar y reparar lo que sea necesario; la reconciliación es camino de paz y libertad. Manos que sirven. Elige una acción solidaria cada semana: dona, acompaña o participa en una campaña; invita a alguien a sumarse y conviértelo en práctica comunitaria.
Estas prácticas sostenidas convierten la espera en encuentro y hacen visible el carisma que nos anima: educación como apostolado, servicio y promoción humana.
Una espiritualidad que educa y transforma
En UNICA, el Adviento no es solo un tiempo litúrgico: es una oportunidad para encarnar nuestro carisma y espiritualidad. La Universidad persigue la formación de una comunidad auténticamente humana, animada por el espíritu de Cristo, cuya unidad nace de la consagración a la verdad y del reconocimiento de la dignidad de la persona. Por eso, nuestras prácticas advientinas buscan:
- Fomentar la libertad y la caridad en el diálogo académico y en la convivencia cotidiana.
- Promover la dignificación integral de la persona —bio, psico y socialmente— como horizonte del quehacer educativo.
- Vincular la enseñanza y la evangelización, entendiendo la educación como medio para la promoción humana y la transformación social.
La espiritualidad misericordiosa que nos inspira encuentra su fundamento en las Sagradas Escrituras y en la tradición patrística, que han vinculado siempre la educación con la formación integral de la persona.
Compromiso colectivo de oración y servicio
Desde la Universidad como apostolado de los Misioneros de la Misericordia, convocamos a que este Adviento sea un tiempo de testimonio colectivo: participa en las actividades programadas, comparte una oración en familia, enciende la vela cada domingo y comprométete con un gesto de servicio semanal. Cultivemos el sentido de intuición para atender lo urgente y lo eficaz, la disponibilidad para servir y la catolicidad que nos abre a la riqueza cultural y espiritual de los demás. Así, la vida universitaria se convierte en espacio de evangelización, acompañamiento y transformación.Que la luz del Adviento nos haga comunidad
Pequeñas prácticas sostenidas transforman la espera en encuentro. Que la luz de la corona, la escucha de la Palabra y las manos que sirven sean signos visibles de una comunidad que educa, evangeliza y acompaña. Te invitamos a vivir este Adviento con corazón abierto: que cada gesto sea semilla de esperanza y cada encuentro, un paso más hacia el Reino.